Burdeos en enero: un buen momento para viajar
Ahora que ya han pasado las celebraciones de Navidad y año nuevo, es momento de empezar a planificar la primera escapada del año. Burdeos en enero es una maravillosa opción que deberías considerar, con su encanto y tradición, esta ciudad te invita a recorrerla y descubrir todos sus secretos.
No hay mejor forma de iniciar un nuevo año que con un free tour por Burdeos. Estos te llevarán por los principales atractivos del lugar, donde el vino siempre será protagonista. Como sabrás, esta ciudad se caracteriza por tener algunos de los vinos más exquisitos y mejor valorados de todo el mundo. Incluso, hay un un museo dedicado a su historia, pero de eso hablaremos más adelante.
¿Por qué deberías conocer Burdeos en enero?
Estos son algunos de los motivos por los que deberías conocer Burdeos en enero:
- Menos turistas y más autenticidad: al viajar en este mes, evitarás las multitudes del verano, lo que te permitirá disfrutar de una experiencia más auténtica. Las calles menos concurridas te ofrecen la oportunidad de explorar la ciudad a tu propio ritmo y de interactuar más íntimamente con los locales.
- Este mes es perfecto para quienes buscan un viaje más tranquilo y romántico. Pasear por el Jardín Público o a lo largo de los muelles del río Garona ofrece momentos de paz y belleza natural, ideales para relajarse y reconectar.
- Esta ciudad, conocida como “La Bella Durmiente“, es famosa por su impresionante arquitectura del siglo XVIII. Durante enero, la iluminación invernal resalta aún más la belleza de monumentos como la Place de la Bourse, creando un ambiente mágico y fotogénico.
- Aunque es invierno, el clima aquí suele ser más suave que en otras partes de Europa. Esto te permite disfrutar de actividades al aire libre, como pasear por el río Garona o visitar los viñedos cercanos, sin el frío extremo de otras regiones.
- Eso sí, este es el mes más lluvioso en Burdeos.
- Aunque es temporada baja, Burdeos no deja de ofrecer eventos culturales, incluyendo exposiciones en museos como el Museo de Bellas Artes. Además, enero es el mes de las rebajas de invierno, ideal para quienes buscan hacer compras a precios reducidos.
El encanto de Burdeos en enero
Terminan las fiestas, pero el ambiente mágico se puede extender unos días más. aunque te hemos dicho que el lugar no es tan frío como tras regiones de Europa, las temperaturas siguen un poco bajas. Por eso, la ropa de invierno seguirá siendo tu mejor gala.
Aunque parezca un poco difícil de creer, hasta hace algunos años, Burdeos era una ciudad un poco descuidada. Gracias a la iniciativa de sus gobernantes en unión con los habitantes, ha ido evolucionando hasta alcanzar la moderna urbe que es en la actualidad, abierta al turismo, pero sin dejar de lado su cara tradicional e histórica.
Si es tu primera vez descubriendo sus encantos, aquí te daremos algunas ideas si no sabes que ver en Burdeos en cuatro días. Hablaremos de lugares históricos, daremos un repaso por lo mejor de la oferta gastronómica local y hablaremos de la influencia del vino en la región.
Bassins de lumières
Bassins de lumières es una exposición tan novedosa como encantadora y original, sin duda una de las razones por las que merece la pena visitar Burdeos. En primer lugar, debes saber que este lugar era una antigua base de submarinos de 42.000 m² que fue construida durante los alemanes en la II Guerra Mundial.
Ahora, es un centro de arte digital que combina luces y sonido. Las imágenes son proyectadas en los muros anti bombardeos, al tiempo que se reflejan en el agua donde estaban estacionados los submarinos italianos y alemanes durante este período.
La Cité du Vin
En español sería algo como la ciudad del vino. Como ya sabrás, Burdeos está geográficamente desarrollada una de las mayores regiones productoras de vino del mundo. De hecho, el vino ha hecho parte de la historia de Burdeos desde hace miles de años. Algunos incluso establecen que fueron los romanos quienes establecieron los primeros viñedos en esta zona.
Pues bien la Cité du Vin es un maravilloso plan para realizar en Burdeos en enero, aunque se encuentra un poco retirada del centro, tienes buenas opciones respecto al transporte público para llegar. Es una instalación cultural completamente dedicada al vino, su historia e industria, ofreciendo una experiencia completamente sensorial.
Se extiende sobre una superficie de 13.350 m², y está ubicado en la séptima posición entre los mejores museos del mundo. Goza de áreas temáticas e interactivas, con actividades y planes para todas las edades, incluyendo los más pequeños.
El espejo de agua
Para algunos el espejo de agua de Burdeos es lo que la Torre Eiffel a París, es decir, su principal atractivo. Se trata de una gran explanada de 3.450 m² de extensión, que le han otorgado el lugar de ser el más grande del mundo.
Construido en 2006, se encuentra entre la Plaza de la Bolsa y el río Garona, está equipado con una serie de chorros o surtidores de agua dispuestos en el suelo. Cada cierto tiempo liberan una pequeña cantidad de agua, haciendo que el espacio se llene unos milímetros y permita crear un precioso espejo.
Mercado gastronómico de Halles de Bacalan
Cuando se trata de disfrutar de su gastronomía, son muchos los restaurantes en Burdeos que puedes encontrar. Sin duda, una visita al mercado de Halles de Bacalan es todo lo que necesitas para conocer de primera mano todo su sabor y tradición culinaria. Entre los productos estrella que no puedes dejar de probar está el foie gras o las ostras provenientes de la famosa bahía de Arcachon.
Si lo que te apasiona es el mundo dulce, te recomendamos ir por el cannelé. Este es un postre tradicional que fue el resultado de una especie de experimento hecho a partir de las yemas de huevo que sobraban, pues las claras se usaban para clarificar el vino. Un día, unas religiosas las mezclaron con un poco de ron y vainilla y esto fue lo que obtuvieron.
Paseo por el río Garona
El Garona, es uno de los principales ríos de Francia, además de ser una importante fuente a nivel económico, pues se utiliza como vía de intercambio comercial entre las localidades vecinas. Desde aquí puedes conocer o disfrutar la ciudad desde otro punto de vista. Hay empresas que realizan paseo en barco, en su mayoría con un tiempo aproximado de hora y media.
Durante el recorrido vas a poder disfrutar de los principales atractivos de la ciudad, como los puentes, la Cité du Vin, la Plaza de la Bolsa, entre muchos otros. Como ya te hemos explicado, muchos de estos lugares mantienen una iluminación nocturna que te encantará
Estos paseos están disponibles durante todo el año, desde muy temprano en la mañana. Si nos permites hacer una recomendación, debemos decir que la mejor hora para hacerlo es cerca del atardecer. Verás en primer plano como el sol empieza a ocultarse y de a poco la ciudad se va iluminando.
Conocer las puertas medievales
Burdeos tiene más de dos mil años de historia y durante la época medieval fue una ciudad fortificada, como muchas otras en Europa. Su extensa muralla contaba con nueve puertas que daban acceso a visitantes y peregrinos, aunque con el paso del tiempo algunas fueron destruidas. En la actualidad, puedes conocer seis:
- Puerta de Aquitania. Construida en 1753, fue bautizada así como homenaje al duque de Aquitania, recién nacido para ese momento. Tiene apariencia de arco del triunfo y se encuentra en la antigua plaza de Saint Julien.
- Puerta de Borgoña. Levantada entre 1750 y 1753, es conocida como el Arco del Triunfo o la Puerta de Salinières. Esto porque la sal era uno de los principales productos que se comercializaba para la época.
- Puerta de la Gran Campana. Quizá es la más famosa de todo Burdeos, además de la más antigua. Data de la época medieval y junto con la Puerta de Cailhau, uno de los pocos monumentos que podrás encontrar de este período.
- Puerta de Cailhau. De los más famosos y fotografiados de la ciudad. Se encuentra a orillas del río, entre la plaza de La Bolsa y la puerta de Borgoña. Su construcción se remonta entre los años 1493 y 1496, tiene una altura de 35 metros y conmemora la victoria del rey Carlos VIII en la batalla de Fornovo.
- Puerta Dijeaux. Construida en 1748, tiene muchas similitudes desde el punto de vista arquitectónico con la puerta de Aquitania. Está detrás de la plaza de Gambetta, justo al finalizar la calle Bouffard.
- Puerta de la Moneda. Construida entre 1752 y 1758, se encuentra junto a la Casa de la Moneda, entre el Puente de Piedra y el de San Juan.