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vistas de burdeos en febrero

Burdeos en febrero: momento perfecto para una escapada

Todos sabemos que enero resulta siempre un mes pesado, luego de las celebraciones de Navidad y fin de año, este período es algo cansado y agobiante. Una vez superado, no hay mejor plan que realizar una escapada a Burdeos en febrero, para recargarte y enamorarte con todos su maravillosos paisajes y rica historia.

Esta ciudad, tan encantadora y cultural, tiene mucho para ofrecer, incluyendo durante los primeros meses del año. Puedes empezar contratando un free tour por Burdeos que te llevará por los principales atractivos y lugares que por ninguna razón debes dejar de visitar. Es una opción perfecta, especialmente si vienes por pocos días.

¿Por qué debes conocer Burdeos en febrero?

Aunque todos sus atractivos turísticos están disponibles durante todo el año, hay algunos motivos por los que conocer Burdeos en febrero potenciará tu experiencia.

  • Clima agradable: aunque febrero sigue siendo invierno, el clima en Burdeos sigue siendo más suave en comparación con otras regiones de Europa. Esta temperatura relativamente cálida para la temporada permite disfrutar de paseos al aire libre y explorar la ciudad cómodamente.
  • El ambiente del carnaval: aunque el carnaval de aquí no es tan famoso como otros en Europa, sigue ofreciendo una experiencia cultural vibrante y auténtica.
  • Temporada de trufas: febrero es la temporada alta de las trufas, un manjar muy apreciado en la gastronomía francesa. Los restaurantes locales suelen incorporar trufas y otros productos de temporada en sus menús, brindando una oportunidad excepcional para los amantes de la buena comida.
  • San Valentín en una ciudad de por sí romántica: Burdeos, con su arquitectura clásica y sus encantadores paseos junto al río, es el lugar perfecto para celebrar el Día de los enamorados. Muchos establecimientos ofrecen cenas especiales y eventos temáticos, lo que lo convierte en un destino ideal para parejas.
  • Visitas a viñedos con menos aglomeraciones: Aunque la cosecha de uvas ocurre más tarde en el año, visitar los viñedos en febrero permite una experiencia más íntima. Las bodegas están menos concurridas, lo que significa que puedes disfrutar de catas de vino y recorridos más personales.
  • Eventos culturales y museos: Los museos y galerías continúan ofreciendo interesantes exposiciones. Este es un buen mes para disfrutar de la cultura de la ciudad sin las multitudes de turistas que se ven en otras épocas del año.
  • Rebajas de invierno: las rebajas de invierno generalmente continúan hasta principios de febrero, lo que significa que los visitantes pueden aprovechar descuentos en tiendas y boutiques. Esto es ideal para aquellos interesados en la moda y las compras.

La ciudad perfecta para escaparse

Es indiferente que vengas en plan romántico de pareja o una recarga de energía con amigos, esta ciudad siempre será la respuesta. Burdeos en febrero sigue un poco con las temperaturas bajas, pero ya no tanto como en enero o diciembre. Tanto buscas cosas insolitas que hacer en Burdeos como si vas a lo seguro, este mes es ideal.

La Cité du Vin

La Cité du Vin es un complejo completamente dedicado al vino, su historia y trayectoria en esta ciudad, que, según los expertos, data de la época de los romanos.

La experiencia es totalmente sensorial, con actividades para todas las edades. Y es que desde que llegas te sentirás encantado, empezando por lo original de su fachada, que asemeja el movimiento que hace el vino cuando entra en la copa, durante la decantación.

Está desarrollado sobre una superficie cercana a los 14.000 m2, con 55 metros de altura y 10 plantas. De hecho, está incluido entre los 10 museos más importantes del mundo.

El espejo de agua más grande de Europa

El casco antiguo de Burdeos es una verdadera belleza por donde quiera que veas. Aquí vas a encontrar una gran riqueza arquitectónica y cultural, con edificios que tienen cientos de años, pero están perfectamente conservados.

Justo aquí, podrás encontrar el famoso espejo de agua, uno de los lugares más visitados de toda la ciudad, tanto por los viajeros como por los propios habitantes. Fue construido en 2006, haciendo parte de una serie de reformas y modernizaciones que buscaban abrir Burdeos al turismo y por supuesto que acertaron.

Se extiende sobre una explanada de 3.450 m2 en total, que lo convierte en el más grande de todo el mundo. Está desarrollado entre el río Garona y la plaza de La Bolsa. 

El espejo, fue equipado con una gran cantidad de surtidores de agua o chorros que fueron estratégicamente distribuidos en el terreno. Cada cierto tiempo, estos liberan agua, que apenas alcanza a llenar unos milímetros, pero permite crear un precioso espejo de agua.

Visitar el puente de Piedra

Este plan se encuentra entre las diez cosas que hacer en Burdeos. Esta ciudad está dividida por el río Garona, por lo que cuenta con muchos y muy bonitos puentes. El puente de Piedra o pont de Pierre en francés, es el más antiguo de todo Burdeos. Su construcción se remonta a inicios del siglo XIX.

Y es que este puente fue un mandato directo del emperador Napoleón I. Durante su viaje a España durante la guerra, pudo notar como su ejército tuvo una gran demora al tener que atravesar el río Garona con ayuda de un transbordador a falta de alguna estructura. 

A pesar de que estuvo listo en 1822, se abrió al público un año después. En 1954 fue ampliado, alcanzando un total de 486 metros de largo.

En la actualidad únicamente se permite su paso peatonal, ya que en 2018 se tomó esta decisión con intención de proteger la integridad de la estructura.

El Monumento a los Girondinos

Este es uno de los monumentos de Burdeos más importantes. Se trata de una imponente fuente construida en 1901. Es una especie de homenaje a los habitantes de la provincia de Gironda que perdieron su vida durante la Revolución Francesa.

El Monumento a los Girondinos se encuentra en la Plaza de Quinconces. Cuenta con una superficie total de 12 hectáreas que le confieren el título de ser la más grande de Europa.

Conocer el jardín botánico

Si te gustan las actividades al aire libre, este es el plan para ti. El Jardín botánico de Burdeos está desarrollado en un terreno de más de media hectárea, frente a la Plaza de la Bolsa. Se trata de un espacio cargado de belleza natural y mucha tranquilidad. De hecho, es uno de los lugares preferidos por los locales para relajarse durante las tardes.

Realizar una cata de vinos

Por supuesto que este plan tiene que estar incluido en la lista. Y es que estamos en una de las regiones en la producción de vino más importantes del mundo, por lo que hacer una cata es una maravillosa opción para hacer durante tu viaje a Burdeos en febrero.

A los alrededores de la ciudad puedes encontrar cientos de bodegas con muchos años de trayectoria que podrás conocer. Por supuesto, disfrutarás de una copa… o varias.

Conocer el pueblito medieval de Saint – Émilion

Saint Émilion hace parte de las rutas vinícolas que puedes tomar desde Burdeos. Se trata de una pequeña pero encantadora ciudad de origen medieval que parece haber quedado atrapada en el tiempo, con calles estrechas de estilo laberintico, algunas de ellas, empedradas.

Fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su belleza arquitectónica e importancia histórica. Además, si eres un verdadero amante del vino, este es tu lugar. Aquí se concentran alrededor de 900 viticultores, lo que te da una idea de su papel protagónico en la industria.

La distancia desde Burdeos a Saint -Émilion es de alrededor de 45 km. En muy poco tiempo estarás allí, aunque debemos advertirte que una vez llegas, te costará irte, ya que desde el primer momento te sentirás enamorado.

 

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