Plaza de la Bolsa Burdeos
Uno de los lugares más bonitos y populares de todo Burdeos es la Plaza de la Bolsa. Merece un lugar especial dentro de la lista, tanto por la importancia a nivel histórico como sentimental que tiene. Es de los puntos más visitados cada día por residentes y turistas. Sin importar la época del año, es un lugar de encuentro.
Está ubicada en pleno centro, cerca de los muelles, por lo que el paisaje no podría ser mejor. Vive junto al río y una gran cantidad de preciosos edificios cargados de historia y encanto.
¿Qué es la Plaza de la Bolsa Burdeos?
Aunque no es su designación oficial, hemos dicho que se trata de la plaza central de la ciudad. Además de estar rodeado de algunos de los más importantes edificios, como el ayuntamiento, la plaza de la bolsa Burdeos está frente al Espejo de agua, el lugar favorito por muchos.
Se trata de una plaza con una gran extensión inaugurada en 1749. Representa uno de los más importantes símbolos de prosperidad y modernización de la ciudad de Burdeos.
¿Cómo llegar a la Plaza de la Bolsa en Burdeos?
La plaza de la bolsa Burdeos está en pleno centro de la ciudad, muy cerca del casco antiguo. Llegar hasta este punto no supone ningún tipo de dificultad y las opciones respecto al transporte público son variadas. En autobús son muchas las líneas que cruzan por esta zona. Además, tienes la opción del tranvía que recorre todo el centro.
Sin lugar a dudas, nuestra recomendación siempre que lo hagas andando. Además de que está cerca de muchos de los principales puntos de interés, también te permitirá disfrutar del día a día de la ciudad. Está en una zona donde podrás disfrutar de un café o una copa de vino en cualquier momento, una experiencia no te puedes perder.
Historia de la Plaza de la Bolsa en Burdeos
Alrededor del siglo XVII y gracias a sus actividades económicas, principalmente referidas en torno al comercio marítimo y el vino, la ciudad de Burdeos entró en una etapa de prosperidad. Eso, a pesar de que seguía sumergida dentro de las grandes murallas medievales. Con la llegada del nuevo intendente, Claude Boucher, empezaron los cambios.
Él solicitó los oficios del arquitecto real, Jacques Gabriel, quien se encargaría de diseñar lo que fuera la obra que serviría de apertura de Burdeos a la zona del río, además de una preciosa vista para todos los visitantes y pobladores. Tras su primera visita, presentó tres proyectos, grandes y ambiciosos, donde las autoridades eligieron el de la Place Royale.
El arquitecto real murió en 1742, pero su hijo siguió con el proyecto. En 1749, fue inaugurada, con una gran estatua ecuestre de Luis XV en pleno centro de la plaza.
Durante la Revolución Francesa, la estatua fue retirada y fundida, mientras que la plaza pasó a llamarse place de la Liberté. Posteriormente, fue rebautizada como Place Royale nuevamente hasta que en 1848 recibe su nombre final, Place de la Bourse.
Durante el período de la Revolución Francesa, en el sitio de la estatua fue colocado un gran árbol, que posteriormente sería arrancado en 1828.
Para la etapa de la Restauración, aquí se situó una fuente de mármol en forma de columna y coronada por un capitel y un globo. Esta fue sustituida en 1869 por una de mayor envergadura bautizada como las Tres Gracias. Hacía referencia a la emperatriz Eugenia, la reina Victoria e Isabel II de España.
Es de las obras más representativas de la arquitectura clásica francesa del siglo XVIII.
Está flanqueada al norte por el Palais de la Bourse donde en la actualidad se desarrolla la Cámara de Comercio e Industria de Burdeos. Al sur se encuentra el Museo Nacional de las Aduanas de Burdeos, construido entre 1735 y 1738. Esta es una verdadera obra maestra que cuenta con unas preciosas esculturas en representación a Mercurio y Minerva.
Los frontones y mascarones del resto de edificaciones representan entre muchas otras cosas, la grandeza de la realeza de Francia a lo largo de la historia. Quizá la guinda del pastel de esta plaza sea el precioso e imponente reloj que la corona, hecho por el artesano de la ciudad, Hustin.
Ya en 2006 y como parte del proyecto de modernización de Burdeos, en la plaza de la Bolsa fue construido el espejo de agua de la ciudad. Además de ser el más grande del mundo, también se ha convertido en el principal icono turístico del lugar.
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